Inaugurado el domingo 23 de Octubre de 1955, originalmente se llamó “Trujillo”. Localizado en el Ensanche La Fé, al norte de la ciudad capital, entre las avenidas San Cristóbal, Tiradente y las calles Pepillo Salcedo y Coronel Rafael Fernández Domingos. Es el hogar de los Tigres del Licey y los Leones del Escogido en el Béisbol invernal. Costó 3.5 millones de pesos su construcción y Bebecito Martínez fue el ingeniero que produjo la obra en un tiempo récord. La capacidad del Estadio Quisqueya es de 16,500 personas, pero aquella noche, durante la Serie Final de 1981, entre “Escogido” y “Aguilas” la historia fue diferente, cuando entraron 25,800 fanáticos.
¿Cómo sucedió?
Desde temprano los bleachers de la derecha e izquierda habían empezado a llenarse. Cuando alcanzaron su capacidad total rompió un tremendo aguacero que hizo que todo el mundo, incluyendo a los policías que cuidaban del terreno corrieran a guarecerse. Cuando íbamos a hacer lo mismo los amigos que me acompañaban y aprovecho para mencionarles, Manolo Sánchez, Luis Aracena, Erasmo Rosado y un servidor, observamos como parte de los asistentes a los bleacher se lanzaban al terreno por un acceso que había en la esquina, en la parte baja de cada bleacher y subían por detrás de los dugout por otro acceso similar. Imitamos a los primeros y así fuimos a parar al Grand Stand. Subidos en la pared, debajo de la gran mole de acero pudimos observar como los bleachers que momentos antes se habían vaciado nuevamente se llenaba.
Muchas personas encuentran imposible la cifra de los 25,800. Yo que estuve ahí aquella noche pienso que se queda corta al recordar como estabamos hombro con hombro sin poderse uno parar porque la presión de las personas apiñadas hacía desaparecer el espacio donde anteriormente estuviste sentado. Los que esa noche estuvimos ahí nunca imaginamos que se haría historia aquella noche.
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